Aumento espectacular de censura en Europa del Este y Asia Central, según RSF
Decenas de miles de personas salieron a las calles de Georgia el 2 de mayo para protestar contra la presión del gobierno para aprobar un controvertido proyecto de ley sobre «agentes extranjeros», un día después de una protesta violenta que, según testigos presenciales, la policía intentó dispersar usando balas de goma.
Las manifestaciones se llevaron a cabo frente al parlamento en Tbilisi y en la Plaza de los Héroes, donde los manifestantes bloquearon una intersección clave.
El país ha sido sacudido por días de protestas por la ley propuesta, denunciada por sus opositores como inspirada en una legislación similar en Rusia que Moscú ha utilizado para reprimir la disidencia.
El proyecto de ley requeriría que las organizaciones que reciban más del 20 por ciento de su financiación del extranjero se registren como agentes de influencia extranjera. Los opositores advierten que la implementación de la ley podría poner en peligro el avance del país hacia la membresía de la Unión Europea.
Tras una protesta masiva el 2 de mayo, donde varios manifestantes resultaron heridos, se han denunciado el uso de balas de goma por parte de la policía, a pesar de la negación oficial.
La ONU expresó su preocupación por el trato a los manifestantes y pidió que se retire la ley propuesta y se entable un diálogo con la sociedad civil y los periodistas.
Los países occidentales, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, han condenado la legislación y la represión contra quienes expresan su oposición.
Mientras tanto, el colectivo internacional de hackers Anonymous se atribuyó la responsabilidad de hackear sitios web gubernamentales en respuesta a la violencia policial contra manifestantes.
La situación en Georgia sigue siendo tensa, con llamamientos a mantener el rumbo hacia una Europa democrática y libre. La votación final sobre la ley está programada para el 17 de mayo.
