¿Están rehabilitando al expresidente más sanguinario de Kirguistán?
El ex presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiev, condenado a 30 años de prisión por el asesinato de manifestantes durante la revolución de 2010, podría estar planeando un polémico regreso a su país como inversionista. Actualmente, el presidente Sadyr Japarov ha confirmado que Bakiev planea construir una fábrica de ropa donde los familiares de las víctimas de la revolución podrían trabajar, en una iniciativa impulsada por los propios familiares.
A pesar de los intentos de Japarov por presentarse como un pacificador y promover la reconciliación en Kirguistán, la posible rehabilitación de Bakiev no es bien recibida, especialmente entre los aprilistas, quienes se oponen firmemente a cualquier acuerdo con el ex presidente condenado.
La organización Solidaridad 7 de Abril, encargada de la construcción de la fábrica, ha levantado sospechas sobre su verdadera representación de las víctimas de la revolución, ya que fue registrada en 2024 y sus fundadores tienen vínculos con Bakiev. Los detalles sobre la inversión para la fábrica han generado controversia, especialmente después de revelaciones sobre el líder de la organización y sus antecedentes penales.
A pesar de las críticas, la construcción de la fábrica está en marcha, con una inversión estimada de millones de dólares. La posible influencia de Bakiev y sus asociados en este proyecto ha levantado dudas sobre las verdaderas intenciones detrás de esta iniciativa, considerándola como parte de una estrategia para su regreso al poder en Kirguistán.
El exilio de Bakiev en Bielorrusia ha sido incómodo tanto para él como para el presidente Lukashenka, y con la presión de las sanciones occidentales en Bielorrusia, su posible regreso a Kirguistán podría ser parte de una estrategia para aprovechar los recursos mal habidos de Bakiev. La fábrica de ropa, presentada como un acto de reconciliación, podría ser solo el comienzo de una serie de movimientos para reintegrar a Bakiev en la política kirguisa.
