Ex miembro de grupo opositor tayiko sentenciado a seis años de cárcel
Rusia, Estados Unidos y varios otros países llevaron a cabo un histórico intercambio de prisioneros el 1 de agosto, liberando a 16 personas de cárceles rusas y bielorrusas. Entre los liberados se encontraban destacadas figuras como la periodista de RFE/RL Alsu Kurmasheva, el periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich y el ejecutivo de seguridad corporativa de Michigan Paul Whelan.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, elogió el acuerdo diplomático que hizo posible este intercambio, calificando la liberación de los prisioneros como una hazaña diplomática. Biden criticó a Rusia por realizar juicios espectáculo que llevaron al encarcelamiento de los liberados, a quienes acusó falsamente de ser espías.
El intercambio también incluyó al disidente Vladimir Kara-Murza y al coronel del FSB Vadim Krasikov, entre otros, que fueron liberados de prisiones en Alemania y Bielorrusia. Estados Unidos y sus aliados, como Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Turquía, participaron activamente en las negociaciones que llevaron a la liberación de los prisioneros.
El gobierno de Biden destacó la importancia de tener amigos en el mundo, resaltando el papel clave de los aliados en el proceso de liberación. Alemania, en particular, liberó al coronel Krasikov, un ruso condenado por asesinato en 2019. El canciller alemán, Olaf Scholz, reconoció la dificultad de la decisión pero señaló la importancia de priorizar la seguridad de ciudadanos inocentes.
El intercambio de prisioneros fue el resultado de negociaciones complejas que involucraron a varias naciones y organismos internacionales. La Organización de Inteligencia Nacional de Turquía desempeñó un papel crucial como mediador en este intercambio sin precedentes. Tanto los liberados como sus familias expresaron alivio y emoción al reunirse tras meses de encarcelamiento injusto.
El regreso de los prisioneros a sus hogares fue recibido con alegría en Estados Unidos y Rusia, aunque algunos legisladores expresaron preocupación por el «alto precio» pagado en este intercambio. A pesar de las críticas, el intercambio de prisioneros fue un hito importante en las relaciones internacionales y un ejemplo de cómo la diplomacia puede resolver conflictos y reunir a personas separadas por la injusticia.
