Kazajstán

Guardianes de la estepa de Kazaj: revelando el legado silencioso de las piedras antiguas

Astana – Balbals, las antiguas esculturas de piedra del pueblo turco, son testigos silenciosos de la historia, la cultura y la tradición. Tallados en piedra, han preservado la herencia artística y religiosa de las primeras tribus turcas, ofreciendo un vistazo a su forma de vida. Estos monumentos desgastados, que se remontan a la Edad Media temprana, aún se pueden encontrar dispersos por la estepa kazajas.

Son conocidos por diferentes nombres: el antiguo término turco «Badiz», la variación regional «musina» y el «balbal» ampliamente reconocido. Desde el sagrado río Orkhon en Mongolia hasta las orillas del Mar Caspio, estas figuras de piedra, guerreros, héroes y gigantes, siguen siendo testamentos de una era perdida.

Testigos de piedra de la historia

Un Balbal es una escultura de piedra, parcialmente incrustada en el suelo y conformada para parecerse a una figura humana. La mayoría varía de medio metro a un metro de altura. Uno de los primeros estudios registrados de los Balbals de Kazajstán fue realizado por el arqueólogo Alkei Margulan, quien los describió como parte de un complejo funerario más grande.

“Este complejo incluye un mausoleo, un montículo funerario, un pedestal, una losa, una estela y los balbals mismos, que van desde diez hasta 600 en número. A menudo eran erigidos en honor a gobernantes, nobles y guerreros como kagans, príncipes tegin y comandantes militares. Sin embargo, incluso las personas comunes creaban balbals como parte de rituales tradicionales de duelo y conmemoración», escribió Margulan.

Algunos Balbals cuentan con diseños simples, cuerpos de pescado con características faciales reconocibles, mientras que otros están intrincadamente tallados, representando figuras que sostienen tazas, usan joyas o transportan armas. Los expertos creen que estas esculturas más elaboradas aparecieron en períodos posteriores.

Balbals se encuentran en toda la estepa kazajas. En las montañas de Karkaraly y Bayanul, cadenas de 300 a 350 balbals alguna vez estuvieron, enfatizando la autoridad del difunto. En los sitios de entierro de Bilge Kagan y Kultigin, las filas de balbones se extendieron por dos o tres kilómetros.

La tradición de las esculturas de piedra evolucionó con el tiempo. Los balbals del siglo VI al VIII pertenecen al antiguo período turco, mientras que los de los siglos IX al XIV están asociados con la era de Kipchak. Después del período Kipchak, la práctica se extendió hacia el oeste hacia el norte del Cáucaso, Rusia, Ucrania y el Danubio. Con el tiempo, la forma de las figuras cambió, lo que llevó al desarrollo de monumentos de lápida como los Kulpytas, que todavía se pueden encontrar en el oeste de Kazajstán. Estas estructuras posteriores reflejan la influencia del Islam.

Misterios de significado

Janiya Saktanova, miembro del personal del Museo Histórico y Cultural Nacional de Turkistán, ha observado las reacciones de los visitantes a la colección Balbal del museo.

«Levantan las cejas con asombro como si descubrieran algo previamente desconocido. Muchos preguntan: ‘¿A quién representan estos guardianes de la estepa? ¿Dioses, personas comunes o líderes de clanes?’

Los arqueólogos permanecen divididos en el propósito de los Balbals y a quiénes representan. Una teoría sugiere que representan enemigos caídos, colocados en las tumbas de los guerreros victoriosos para servirles en la otra vida. El número de Balbals que rodean una tumba podría simbolizar la destreza del guerrero y la cantidad de enemigos derrotados. Esta práctica también puede haber tenido un mensaje político, sirviendo como una demostración de poder militar.

Otra interpretación vincula a los Balbals con los Kagans de la estepa, reflejando su era de dominio y la estructura jerárquica de la sociedad turca. Según este punto de vista, la calidad artística de un balbal indica el estatus del individuo que representa: aquellos de rango noble, por ejemplo, a menudo se representan sentados con las piernas cruzadas o sosteniendo una taza ceremonial.

Un legado que desaparece

La artesanía de los Balbals revela una habilidad notable: las cejas estilizadas, los delicados dedos que sujetan un recipiente y las expresiones faciales detalladas sugieren que los antiguos escultores buscaban no solo representar semejanzas físicas, sino también capturar el carácter de las personas que retrataban. En algunos casos, las esculturas presentan proporciones exageradas, con cabezas desproporcionadamente grandes. Esto refleja las creencias cosmológicas turcas, donde la cabeza simbolizaba el cielo, el torso representaba la tierra y las piernas estaban conectadas al inframundo.

A pesar de su importancia histórica, los Balbals están desapareciendo. Muchos han sido robados, dañados o destruidos. Margulan planteó por primera vez esta preocupación a mediados del siglo XX, y el problema sigue siendo presionante hoy en día.

El consejero estatal Erlan Karin pasó cinco años estudiando los Balbals en Mongolia, Rusia, la República de Kirguistán, China y varias regiones de Kazajstán. En su documental «Balbalas, desde el Orkhon hasta el Caspio», hizo hincapié en su mensaje duradero:

«Parecen hablar a los kazajos modernos con un simple recordatorio: ‘Sus antepasados vivieron en esta tierra, y ahora les corresponde preservarla y transmitirla a las generaciones futuras'».

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Esta noticia fue tomada de esta fuente y eescrita por inteligencia artificial..

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