Kazajstán

Jornada de gratitud: unidad, resistencia y hospitalidad en Kazajstán

El Día de Gratitud en Astana, celebrado el 1 de marzo, es una ocasión especial en Kazajstán que va más allá de una simple festividad, es un tributo a la resiliencia, la unidad y la duradera hospitalidad. Durante generaciones, personas de diversas partes del mundo, algunas obligadas por la historia y otras en busca de nuevos comienzos, han encontrado en Kazajstán un hogar. Aunque cada una de estas historias es única, comparten un pasado colectivo que ha moldeado la diversa identidad nacional.

Este día, establecido en 2016, conmemora la formación de la Asamblea del Pueblo de Kazajstán (APK), que promueve la cooperación interétnica entre las más de 800 asociaciones etnoculturales del país. Es una celebración que reconoce la amabilidad que el pueblo kazajo ha extendido a aquellos que llegaron a esta tierra en circunstancias trágicas, brindándoles refugio y aceptación.

Historias como la de Konstantin Kim, editor jefe de Koryo Ilbo, periódico nacional de Kazajstán, revelan cómo la generosidad de las familias kazajas permitió la supervivencia de muchas personas reubicadas por la fuerza. Kim comparte la historia de su abuela coreana, deportada a Kazajstán, cuya vida fue transformada gracias al apoyo y compasión de los kazajos.

El Día de Gratitud también es un momento para reflexionar sobre la resiliencia y unidad de la nación. Dmitri Ostankovich, compositor y pianista, recuerda cómo la hospitalidad kazaja marcó la vida de sus antepasados, provenientes de Bielorrusia, Rusia y Ucrania. Este día es un recordatorio de las contribuciones de las generaciones anteriores que construyeron una sociedad pacífica a pesar de las dificultades.

Además, el periodista Ruslan Idrisov resalta la importancia de practicar la gratitud y la unidad en la vida diaria, más allá de las conmemoraciones oficiales. Él comparte historias personales que ilustran la conexión profunda entre los diferentes grupos étnicos que han encontrado en Kazajstán un lugar para reconstruir sus vidas.

Alexandra Myskina, periodista y miembro de APK, destaca cómo Kazajstán ha preservado la diversidad cultural y fomentado la inclusión de diferentes grupos étnicos. La sociedad kazaja valora y respeta las tradiciones y raíces de cada comunidad, lo que se refleja en las celebraciones compartidas y en el respeto mutuo entre los diversos grupos.

En definitiva, el Día de Gratitud en Kazajstán es más que una celebración, es un recordatorio de la importancia de la resiliencia, la unidad y la hospitalidad que han caracterizado a este país a lo largo de su historia.

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Esta noticia fue tomada de esta fuente y eescrita por inteligencia artificial..

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