La torre Eiffel construida por un hombre de Fergana
En 1998, Komiljon Juraev, un fanático apasionado del fútbol, estaba decidido a asistir a la Copa Mundial de la FIFA en Francia. Después de mucho esfuerzo, logró obtener una visa. Sin embargo, debido a circunstancias imprevistas, no pudo viajar. El sueño de visitar París y ver la famosa Torre Eiffel nunca dejó su mente.
En lugar de renunciar a su sueño, Komiljon Juraev decidió traer a Francia a su casa. Vendió su automóvil, compró más de siete toneladas de metal, y en 2004, completó la construcción de su propia «Torre Mini Eiffel» de 21 metros en su patio.
La historia detrás de la réplica de la Torre Eiffel
Komiljon Juraev compartió su historia de anhelo por Francia y cómo construyó la famosa torre:
«La Copa Mundial de la FIFA de 1998 se celebró en Francia, y había puesto mi corazón en marcha. Pero por ciertas razones, no pude hacer el viaje. Seguí pensando en ello y finalmente decidí que en lugar de ir a Francia, traería a Francia a mi casa. Fue entonces cuando comencé a construir la Torre Eiffel, y en 2004, se completó».
Inicialmente, le preocupaba que los fuertes vientos en Kokand pudieran derribar la estructura.
«Antes de comenzar la construcción, temía que el viento lo derribara porque los vientos en Kokand son bastante fuertes. Entonces, cavé una base de más de 1,5 metros de profundidad para hacerlo resistente».
Preparó todos los equipos necesarios por adelantado y, con la ayuda de tres máquinas de soldadura, completó la torre en 40 días. El proyecto requería más de 7 toneladas de metal, y para cubrir los costos, incluso vendió su nuevo automóvil TICO por $ 4,000, una cantidad que era muy valiosa en ese momento.
Una atracción única para los visitantes
En 2008, la esposa del embajador francés en Uzbekistán visitó la torre junto con funcionarios de alto rango. Con los años, muchos turistas han venido a admirar la Torre Eiffel de Juraev, y él se enorgullece de ella.
«Ver a los visitantes venir a ver la Torre Eiffel me trae una inmensa alegría. Se ha convertido en parte de mi vida y un recuerdo preciado».
Ahora de 74 años, Komiljon Juraev siente que su deseo de larga data se ha cumplido parcialmente.
«Tengo mi propia Torre Eiffel en casa, y la veo todos los días. Uno de mis hijos ha visitado Francia cuatro veces, incluso está allí ahora. Si bien nunca pude ver a París, mi hijo sí».
