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Los 6 que sabían el día de su muerte, un misterio impresionante

¿Es posible predecir el día de la muerte? Esta ha sido una pregunta que ha ocupado las mentes de la humanidad desde siempre. Aunque la muerte es algo impredecible, existen algunas personas extraordinarias que pudieron predecir su propio fin.

Abraham de Moivre, un matemático francés del siglo XVIII, dedicó su vida a la estadística y las probabilidades. A los 50 años, se enfocó en analizar la probabilidad de la muerte y cómo predecirla mediante el análisis matemático y social. Al considerar su salud y otros factores, calculó que su necesidad de dormir aumentaría 15 minutos cada día hasta que llegara a las 24 horas, momento en el que moriría. A los 87 años, después de haber dormido 15 minutos más de lo habitual, falleció. Su predicción casi se cumplió a la perfección.

William Thomas Stead, un periodista británico del siglo XIX, también predijo su muerte de manera accidental. En una de sus historias, narró un choque entre un trasatlántico y otro barco. Luego, en el trágico hundimiento del Titanic en 1912, Stead murió junto con 1514 personas.

Pete Maravic, uno de los mejores jugadores de baloncesto de la NBA, dijo en 1974: “No quiero jugar más de 10 años en la NBA. Porque probablemente moriré de un ataque al corazón a los 40″. A los 40 años, después de dejar el baloncesto, murió por un infarto.

Frank Pastore, famoso jugador de béisbol y presentador de programas de radio, declaró en su programa que no importaba cuán cuidadosamente condujera, sería atropellado en la Autopista 210. Después de un accidente en dicha autopista, murió de una lesión grave en la cabeza.

Mark Twain, uno de los escritores más importantes de la historia, predijo su muerte a través de su conexión con la espiritualidad. Dijo en una declaración en 1909: “Nací en esta tierra en 1835 con el cometa Halley. Esta estrella renacerá el próximo año, y creo que tendré que irme con él». El cometa Halley pasó nuevamente por la Tierra en 1910, y Twain murió de un ataque al corazón dos días después.

Arnold Schoenberg, un compositor de música del siglo XX, estaba obsesionado con el número 13. Creía que moriría el día 13, sin importar el año o mes. Después de cumplir 76 años, un amigo le dijo que ese año era muy crítico para él, ya que 7+6=13. Asustado, Schoenberg aceptó que moriría el viernes 13 de julio de 1951. Y así fue, falleció esa noche en su cama debido a problemas de salud.

Aunque estas personas aparentemente lograron prever su muerte, es importante recordar que la muerte sigue siendo un evento impredecible e inevitable para todos.

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Esta noticia fue tomada de esta fuente y eescrita por inteligencia artificial..

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