Kazajstán

Noventa y uno: Faro cultural y activismo musical en Kazajstán

ASTANÁ – Kazajstán ha experimentado un notable aumento en su escena de música pop en los últimos años, con una nueva ola de talentosos artistas emergiendo y cautivando al público. En un mundo donde la música tiene el poder de conectar a personas de diversos orígenes y generar un cambio, la banda kazaja Ninety One se ha convertido en un modelo de expresión cultural y activismo social.

A través de su combinación única de sonidos pop, hip-hop y kazajo, el grupo ha cautivado al público y ha adoptado el poder del lenguaje para abogar por el cambio. Rompiendo estereotipos y barreras, Ninety One se ha convertido en una voz para la juventud de Kazajstán, utilizando la música para desafiar las normas sociales y generar conversaciones sobre temas cruciales.

Creado en 2014 como parte del proyecto K-Top Idols, que busca personas talentosas para formar una banda, Ninety One incluye a cuatro cantantes: ZaQ, Ace, Alem y Bala. El nombre de su banda representa el año en que Kazajstán obtuvo la independencia: 1991.

La banda debutó en septiembre de 2015 con la canción «Aiyptama» (No me culpes), que encabezó las listas durante casi 20 semanas. A pesar de recibir críticas por su aspecto «no tradicional», Ninety One ha ganado popularidad entre los jóvenes kazajos y sus conciertos se agotan en cuestión de minutos u horas.

Ninety One ha sido un soplo de aire fresco para el mundo del espectáculo kazajo, que rara vez ha tenido diversidad en cuanto a la apariencia de los cantantes o el contenido de sus canciones. La banda ha sido fundamental para revivir y popularizar el uso del idioma kazajo en la música contemporánea, inspirando orgullo por el idioma y animando a los jóvenes kazajos a abrazar sus raíces culturales.

Además, Ninety One ha sido nombrado Embajador Nacional de Buena Voluntad por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), utilizando su influencia para defender los derechos de los niños y promover su bienestar mental y seguridad en línea.

En resumen, Ninety One ha demostrado ser más que una banda de música pop, convirtiéndose en un modelo de expresión cultural y activismo social en Kazajstán. A través de su música, han desafiado las normas sociales, promovido el idioma kazajo y abogado por los derechos de los niños. Con su creciente popularidad, Ninety One continúa dejando huella en la escena musical kazaja y generando conversaciones importantes en la sociedad.

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Esta noticia fue tomada de esta fuente y eescrita por inteligencia artificial..

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