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Andrija Mandic, líder prorruso del partido Nueva Democracia Serbia, ha logrado sobrevivir a una moción de censura y seguirá ejerciendo como presidente del parlamento montenegrino.
En una votación secreta, 44 legisladores votaron a favor de que Mandic permanezca en el cargo, mientras que 27 votaron a favor de destituirlo. Con un total de 81 legisladores en el parlamento montenegrino, la destitución fue solicitada por el Partido Democrático de los Socialistas (DPS), que lo acusó de abusar de la asamblea para promover intereses partidistas, nacionalistas y antieuropeos.
El DPS se indignó especialmente después de que Mandic recibiera a Milorad Dodik, presidente prorruso de la entidad serbia de Bosnia, en Montenegro. Dodik visitó el país tras reunirse con los presidentes autoritarios de Rusia y Bielorrusia, Vladimir Putin y Alejandro Lukashenka, desencadenando violentas protestas en Montenegro y Bosnia-Herzegovina.
Los críticos de Mandic lo señalan como un promotor del nacionalismo gran serbio, al haber elogiado a figuras condenadas por crímenes de guerra durante las guerras yugoslavas. Además, se le reprocha su cercanía con el presidente serbio y su supuesto intento de imitar los símbolos nacionales de Serbia, pese a la independencia de Montenegro en 2006.
A pesar de las acusaciones en su contra, Mandic ha recibido el respaldo de su partido y de miembros de la coalición gobernante, aunque durante la sesión parlamentaria ningún miembro expresó su apoyo de manera explícita. El líder prorruso es conocido por sus posturas contrarias a la integración europea, como la retirada del reconocimiento de Kosovo, el levantamiento de sanciones contra Rusia y la salida de Montenegro de la OTAN.
Con esta decisión, Andrija Mandic continúa su liderazgo en el parlamento montenegrino, generando tensiones políticas y sociales en un país dividido entre visiones nacionalistas y europeístas.
