Reflejos del VII Festival de las Artes de Moscú: Sonidos de Dutar
Durante los últimos treinta años, se ha perdido un importante legado cultural en las vastas y alguna vez comunes extensiones de nuestra región. Muchos nombres, tradiciones y escuelas se han sumido en el olvido. Sin embargo, a pesar de este panorama desolador, existen personas que se dedican a coleccionar estas piedras descuidadas, sacando a la luz el arte que contienen y devolviéndolas al pueblo.
Un ejemplo de esto es el Festival Khalmamedov, organizado por Mamed y Daria Huseynov, que buscan rescatar y dar a conocer la música semi-olvidada de las ex repúblicas soviéticas, en particular de Turkmenistán. Este festival se ha convertido en un símbolo de la resurrección de la música de un nombre central de la cultura turcomana, Nury Halmamedov, al tiempo que presenta una colección de música vocal editada por Daria Guseinova.
Durante este evento, se pudo apreciar la colaboración de artistas contemporáneos y jóvenes talentos, junto a una interpretación especial de la actriz Zhanna Smelyanskaya, autora de la traducción rusa de una de las obras musicales homenajeadas. Además, una conferencia representativa abordó el problema de la formación de escuelas nacionales de composición en un espacio multicultural.
Un aspecto muy significativo del festival fue la presencia de jóvenes músicos, así como la participación de estudiantes y docentes de diversas instituciones culturales, como el Instituto Estatal de Música de Moscú y el GITIS. Fue un evento que reunió a artistas y educadores de distintas generaciones, promoviendo la unidad de las culturas y tradiciones nacionales.
El compromiso con la preservación y promoción del arte y la cultura de nuestros países vecinos fue evidente no solo en el éxito del festival, sino también en el impacto positivo que tuvo en la sociedad. A pesar de la falta de publicidad y la segmentación intrusiva, el festival «Sonidos de Dutar» logró captar el interés de un amplio público y despertar la demanda de nuevas nominaciones y proyectos creativos para futuras ediciones.
Sin duda, este tipo de eventos demuestran el valor y la importancia de rescatar y preservar el legado cultural de nuestras regiones, y cómo el arte puede servir como un puente entre culturas y generaciones.