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El capellán militar ucraniano Mark Serhiyev denunció en una audiencia en el Congreso de Estados Unidos que las iglesias en Ucrania ocupada son «leales a Moscú más que a Dios», afirmando que Rusia está llevando a cabo una «yihad cristiana» en la región.
Serhiyev, pastor evangélico de Melitopol, ciudad del sur de Ucrania, fue invitado a hablar ante la Comisión de Helsinki sobre la situación de los cristianos no ortodoxos en Ucrania ocupada. Durante su intervención, Serhiyev explicó que había viajado a Estados Unidos para compartir las historias de los creyentes ucranianos con más de 25 pastores y cristianos estadounidenses.
En los últimos meses, miembros del Congreso se han reunido con representantes de iglesias protestantes ucranianas para comprender mejor el impacto de la guerra en la libertad religiosa. Los líderes evangélicos han alertado que los grupos religiosos minoritarios están siendo amenazados en las zonas ocupadas por Rusia en Ucrania, apelando a los evangélicos estadounidenses, un grupo clave en las elecciones presidenciales de noviembre.
Según Serhiyev, no quedan iglesias evangélicas en las partes de Ucrania ocupadas por Rusia, y muchos cristianos practican su fe en la clandestinidad. Antes de la guerra, Ucrania contaba con 2.000 iglesias bautistas y 2.500 iglesias pentecostales, pero no especificó cuántas aún están en funcionamiento.
El pastor evangélico relató cómo los tanques rusos entraron en su ciudad durante los primeros días de la invasión en febrero de 2022, y cómo su padre, también pastor, se negó a grabar un video bajo amenazas de las fuerzas rusas. Serhiyev denunció que las iglesias ahora son utilizadas para conciertos prorrusos financiados por el Kremlin.
Según Serhiyev, bajo la ocupación rusa, el 80% de los feligreses de su iglesia huyeron, y los que quedan se reúnen en pequeños grupos para rezar en secreto. Además, destacó que los evangélicos en Rusia son considerados «apóstatas», «traidores» y «espías».
La audiencia también se centró en las declaraciones del Patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, quien promovió una «yihad cristiana» y afirmó que los soldados rusos que luchan contra Ucrania irán directamente al cielo si mueren en combate. Serhiyev condenó estas afirmaciones y señaló que Kirill busca una «lucha por el mundo ortodoxo eslavo», mientras que en la realidad están «matando niños y destruyendo nuestra ciudad».
En resumen, la situación de los cristianos no ortodoxos en Ucrania ocupada es preocupante, con amenazas a la libertad religiosa y persecución a aquellos que practican su fe de manera diferente. Serhiyev instó a la comunidad internacional a prestar atención a esta crisis y tomar medidas para proteger a los creyentes en la región.
