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Las empresas de semiconductores estadounidenses han sido instadas a fortalecer la supervisión de sus socios extranjeros y a colaborar más estrechamente con el gobierno y los grupos de investigación, según un grupo de expertos que compareció ante el Comité Senatorial de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales. Señalaron que la subcontratación de la producción en el extranjero dificulta el seguimiento de las ventas de chips y facilita la evasión de sanciones por parte de Rusia y otros adversarios.
De acuerdo con los expertos, las empresas estadounidenses producen sus chips en gran medida en China y otros países asiáticos, lo que complica determinar quién adquiere realmente sus productos. Esto se ha vuelto especialmente complejo tras las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia, con el objetivo de debilitar su capacidad bélica luego de su invasión a gran escala en Ucrania.
Damien Spleeters, subdirector de operaciones de Conflict Armament Research, detalló ante los senadores que las empresas de semiconductores occidentales diseñan chips que son fabricados en plantas especializadas en otros países y luego distribuidos por millones, lo que genera poca visibilidad sobre la cadena de suministro de los productos más allá de una o dos capas de distribución. Para mejorar la capacidad de rastreo de los semiconductores utilizados en armas rusas, se propuso que los fabricantes exijan a los distribuidores datos sobre los puntos de venta.
Se ha detectado que los chips occidentales prohibidos llegan a Rusia a través de redes en China, Turquía, Asia Central y el Cáucaso. Una empresa china fue sancionada recientemente por desviar millones de dólares en componentes a empresas rusas sancionadas, al trabajar con empresas estadounidenses cuyos chips fueron encontrados en armas rusas.
El senador Richard Blumenthal destacó la necesidad de que las empresas de chips estadounidenses sean conscientes de dónde van a parar sus componentes. Sin embargo, también se expresó escepticismo sobre la efectividad de las soluciones propuestas, señalando que Rusia ha seguido aumentando la producción de armas a pesar de las sanciones internacionales.
Por su parte, Elina Ribakova del Instituto Peterson de Economía Internacional, advirtió que Rusia ha acelerado las importaciones de componentes de máquinas semiconductoras en previsión de posibles controles de exportación por parte de Estados Unidos a China. Se resaltó la importancia de fortalecer las divisiones de cumplimiento en las empresas de tecnología y de endurecer las sanciones por incumplimiento, para garantizar la credibilidad del sistema económico global.
